Agravios comparativos

Un antidisturbio aparta a un fotógrafo (José Colón- Público)

Sin meternos en Honduras de lo que nos parece o deja de parecer la protesta del 25 de abril frente al Congreso, sí que llama poderosamente la atención el tratamiento que dan los jueces, no solo a los que se involucran en ello, sino a los que son detenidos de manera preventiva, días antes de la protesta, y van a la cárcel sin fianza.

Prisión sin fianza para tres jóvenes por tenencia de litronas de gasolina. Un juez de Madrid, a petición del fiscal, les mandó a la cárcel pese a que fueron detenidos 41 horas antes del 25-A y niegan cualquier relación con los supuestos cócteles-molotov ni con la manifestación. Sólo admiten pintadas contra los "banqueros corruptos. " En la declaración ante el juez, prestada ayer jueves por la mañana, los tres detenidos negaron cualquier relación con las botellas, no haberlas tocado ni manipulado ni siquiera visto, y destacaron que en el momento de la detención sus manos no olían a gasolina, según explicó a Público Valentín Playá, abogado de uno de ellos. Asimismo, niegan pertenecer a ningún grupo de ultraizquierda y sólo admiten que quedaron en la avenida de la Complutense y que realizaron pintadas en una sucursal bancaria allí situada, con los siguientes mensajes: "Banqueros corruptos" y "Hay que echar al Gobierno por los recortes y la corrupción". Sin embargo, el juez, a petición del fiscal, les mandó a prisión provisional, comunicada y sin fianza, al imputarles un delito de tenencia de explosivos, que el Código Penal castiga contra entre seis meses y tres años de prisión.

Y decimos que contrasta la radical medida de encarcelar a tres "jóvenes", que podrían ser hijos nuestros, con el tratamiento que reciben Bárcenas, Pantoja, Ortega Cano, Urdangarín, los directivos de Bankia y las preferentes, los evasores fiscales como Botin y una larguísima cola de corruptos, a los que se les aplican todo tipo de atenuantes y beneficios para no mandarlos a la trena, mientras llega un lejano juicio. Y en esto, y en muchas otras cosas que se refieren a nuestros jóvenes, sí que hay agravio comparativo.

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