Sobre la exclusión de "sin papeles" de la Sanidad Pública

Por Forges

 La política de exclusión de inmigrantes sin papeles de la Sanidad Pública, continúa adelante. Hay muchas objeciones a ese recorte: el gasto que ocasionan es mínimo; pagan impuestos indirectos (IVA)como cualquier otra persona; ocupan los peores puestos de trabajo; viven en riesgo de exclusión y miseria, o están ya en ella, generarán focos de infecciones... Y, sobre todo, esos niños, madres, trabajadores, no se diferencian en nada de nosotros, tienen nuestra misma sangre, nuestros mismos deseos y han hecho y hacen su contribución al esfuerzo de levantar este país. Recuerda: una cuarta parte de los muertos en los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, eran inmigrantes, trabajadores. Iban en metro bien temprano a trabajar, y a todos ellos se les dio la nacionalidad después de muertos o mutilados. Por lo tanto, si no tienen papeles, la solución es muy simple: dárselos, y dejarán de ser "sin papeles".

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 Vídeo editado por Médicos del Mundo

Sanidad responde a una objetora que su postura no tiene sentido puesto que no se dará cita a los inmigrantes y no habrá “encuentro entre médico y paciente” . Casi 300 médicos madrileños y 1300 a nivel nacional objetan a dejar de atender a inmigrantes, mediante un formulario que la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) ha habilitado y del que envía copia a los colegios y a los servicios de salud regionales. Sanidad mantiene que "estas personas no tienen derecho"

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Soy ciudadano español, nacido en Logroño, poseo un trabajo estable, por mi condición de funcionario de carrera y, además, convivo con una enfermedad crónica... Resulta que, salvo minoría de edad, un ciudadano irregular no puede acceder a la asistencia médica. Lo cual les llevará a acudir a los servicios de urgencia cuando los brotes de la enfermedad se hagan insoportables. Prestaciones que sí están cubiertas de modo universal. Siendo muy sensible al necesario recorte del despilfarro del gasto público, no podemos serlo menos a la imprescindible atención sanitaria y farmacológica de personas con dolencias para toda una vida. Es compatible una buena gestión de los fondos públicos con una adecuada atención sanitaria. Simplemente, se necesita un poco de empatía, un pequeño esfuerzo de ponerse en el lugar de los demás

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