Cierres de camas en verano y hacinamientos en plantas y urgencias

 

Camas en pasillo de Urgencias del Hospital de Toledo

Enviado por CCOO  Sanidad

Ese es el plan a que nos somete el Gobierno. Treinta camas en pasillo, con un cartel que indica quién es el enfermo y lo que le pasa (en papel de color amarillo), por si hubiera dudas. Como ya es habitual en verano, las autoridades sanitarias regalan a la población con un cierre de camas que acumula trabajo y crispaciones, sólo que en este año más exacerbado. Por ejemplo, en Catalunya:

Salud en Catalunya suprimirá 3.500 camas durante la primera quincena de agosto

Por supuesto, la noticia de prensa es bastante comedida para lo que es la situación real.
En la Comunidad Andaluza el sindicato SATSE denunciaba que:

En estos momentos 911 camas cerradas de las 14.939 con las que cuenta el Servicio Andaluz de Salud (SAS), lo que supone un 6% del total. El Macarena es el centro hospitalario más afectado, pero también presentan una alta cifra de camas clausuradas el Hospital Reina Sofía de Córdoba, con 134; el Puerta del Mar de Cádiz, con 104; el Virgen de la Victoria de Málaga, con 93; y el Área Sanitaria del Campo de Gibraltar, con 85. Por provincias, las más afectadas, según Satse, son Cádiz, con 232 camas cerradas; Sevilla, con 193; Córdoba, con 166, y Málaga, con 151.


Y para acabar la noticia, un artículo de opinión en El Mundo.

No al recorte del derecho a la salud.

En seis meses, el PP está desmantelando el sistema de Salud Pública. Dijo que "metería la tijera a todo salvo a la sanidad y a la educación" y hubo quien confió en él sabiendo que la salud y la educación están entre las cosas más importantes de la vida, de nuestra vida personal y colectiva, del recorrido que nos ha llevado a levantar juntos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Fue lo que dijo, que no metería la tijera. Todo el mundo lo recuerda. Pero recorta en derechos de los ciudadanos. Primero recortó 10.000 millones de euros en sanidad y en educación sin hablar ni con los médicos, ni con los profesores. Nadie fue escuchado. No lo fueron los profesionales de la enfermería, ni las asociaciones de pacientes, ni los sindicatos, ni los partidos políticos. Y tampoco las Comunidades Autónomas, que son quienes gestionan estos dos derechos esenciales. Y ahora, el copago. Con el copago la salud ha dejado de ser gratuita, universal y equitativa.