La importancia de la protesta colectiva

Como hay gente que se desanima con el "esto no vale para nada", queremos hacer una reflexión: manifestarnos sirve para mucho. Está claro que si no se presenta la cara a esta gente, dentro de unos meses nos van a meter otra vuelta al tornillo aún más dura. Y además, hay que tener en cuenta que cuando empezamos con las concentraciones y cortes de tráfico, sabíamos que esto iba para muy largo, y que el conflicto va a durar meses y meses.

El partido que nos gobierna, apoyado por su nuevo socio, y los que aspiran a gobernarnos, saben que hay una fórmula clásica para doblegarnos: dividirnos, frustrarnos, alargar el conflicto para que nos cansemos, esperar al verano, dar largas. Esta vez no va a funcionar. La agresión es muy fuerte, va a notarse en los bolsillos, en los contratos, en la jornada... Nos van a cambiar mucho la vida.

Manifestarnos, aparte de ser un foco permanente de tensión para el poder, tiene además efectos muy beneficiosos sobre cada uno de nosotros: creamos vínculos, encontramos gente que hace años no vemos, hablamos, nos juntamos, salimos de la rutina, tomamos el fresco, caminamos y nos baja la presión arterial al hacer ejercicio. Desde el punto de vista de la salud mental, llevamos a cabo transgresiones y desobedecemos, cosa que recomiendan los sicólogos de los Centros de Salud a quienes padecen de nervios y ansiedad. Además, demostramos que la política no es solo lo que hacen los políticos, sino que nosotros también ejercitamos nuestra voluntad, somos capaces de tomar acuerdos y de llevar a cabo decisiones colectivas.

Por lo tanto, como no ha cambiado nada desde hace un mes, no hay ningún motivo para dejar de manifestarnos. Y si hay que hacer más cosas para que los de arriba nos echen cuenta..., pues adelante, hagámoslas.